A propósito del próximo juicio de terrorismo contra los anarquistas y antiautoritarios en Belgica.

A finales de 2008, en medio de hostilidades difusos desencadenadas por la revuelta en Grecia tras el asesinato de Alexis por la policía, el fiscal federal belga pone en marcha una investigación a lxs anarquistas y antiautoritarixs. En el 2010, sobre la base de una lista de acciones que la policía atribuyen al “movimiento anarquista” y al mismo tiempo la lucha contra la construcción de un nuevo centro de detención en Steenokkerzeel está en marcha, la juez Isabelle Panou es asignada a la investigación, ahora bajo la lucha contra el terrorismo.

En mayo, luego en septiembre del 2013, una docena de búsquedas se llevaron a cabo dentro de esta investigación, las búsquedas dirigidas a diferentes hogares así como biblioteca anarquista “Acrata” en Bruselas. Es en esta ocasión que la existencia de una investigación contra el terrorismo emerge en primer lugar. Esta investigación está dirigida por la rama antiterrorista de la Policía Judicial Federal respaldadas por la Seguridad del Estado y la inteligencia general y las agencias de seguridad del ejército, así como diversas ramas anti-terroristas de otros países europeos. La investigación se cerró en el 2014, que culminó con la remisión de doce anarquistas y antiautoritarixs a las Salas de la Corte.

Después de una sesión para la legalización de los métodos específicos de investigación utilizados en estos casos (seguimientos, escuchas telefónicas, la colocación del microfonos en una casa, búsquedas secretas, los intentos de infiltración, la colocación de dispositivos de videovigilancia fuera de los hogares y dentro de una casa) en octubre del año 2015 , el caso se remite a la Sala de la Corte. La sesión de la Cámara está prevista para el 10 de mayo del 2016 y determinará si un juicio se llevará a cabo, y si es así, bajo qué cargos.

En esta investigación, el Fiscal Federal ha intentado elaborar no menos de 29 cargos individualizados. Nueve compañerxs son acusadxs de pertenecer a una organización terrorista y de la participación en actividades terroristas por períodos más o menos prolongados. Tres de ellxs también son acusadxs de ser lxs “líderes”. Además, otras tres personas detenidas a raíz de un ataque a la comisaría de Marolles son acusadxs de pertenecer a este grupo terrorista por un día, así como diversos cargos relacionados con el ataque. Esto es lo que se refiere a la acusación en general.

Esto entonces se complementa con los cargos más específicos tales como la participación en una manifestación no autorización fuera del centro de detención 127 bis en Steenokkerzeel (transformado en “intento de incendio” y un “delito terrorista” por los fiscales), la preparación y participación en un ataque contra la estación de policía en Marolles (calificados por el fiscal como “delito de terrorismo”), asalto y lesiones a lxs agentes de policía en varias ocasiones, la obstrucción de la vía pública, daños en varias formas, el robo, el incendio de coches de funcionarios de las prisiones en el aparcamiento de la prisión Ittre, inducir a cometer delitos de terrorismo … Hay que señalar que estas alegaciones específicas son cada uno dirigido a lxs compañeros específicxs, es decir, no todos lxs sospechosxs son inculpados de todas las acusaciones.

El fondo de esta investigación que se ha prolongado durante varios años y producido no menos de 32 cajas de papeles, es que el Fiscal Federal plantea la hipótesis de que un “grupo anarquista terrorista” estaría activa, específicamente en Bruselas, y que lxs acusadxs tendría participación en favor de aquellas actividades. Por ejemplo se ha producido una lista de cerca de 150 ataques, un buen número de los cuales han sido incendiarias, contra las estructuras de dominación: estaciones de policía, los tribunales, los bancos, las empresas que se enriquecen del encarcelamiento, las obras de construcción, vehículos de diplomáticos, eurócratas y funcionarios de la OTAN , antenas de telefonía móvil… Todos estos ataques tuvieron lugar en Bruselas y sus alrededores entre el 2008 y 2013.

La invención de un grupo terrorista que sería responsable de todos estos hechos (aunque sólo sea por el hecho de “exista una posibilidad de que ellxs sean”) que permite bellas piruetas para el procesamiento: una biblioteca se convierte en un lugar de reclutamiento, las discusiones se convierten en reuniones clandestinas, folletos y periódicos de crítica anarquista se convierten en manuales de guerrillera urbana, demostraciones y manifestaciones se convierten en convocatorias por el terrorismo, los lazos de afinidad entre las personas en la lucha y la auto-organización se pueden convertir en “una estructura de un grupo terrorista”. La invención de un “grupo terrorista anarquista” es obviamente un intento bastante torpe del Estado por reducir la subversión antiautoritaria y revolucionaria al trabajo de un solo “grupo estructurado”. Al tratar de poner un puñado de anarquistas convenientemente tras las rejas el Estado está tratando de desalentar a lxs refractarixs de tomar acción directa contra lo que nos oprime y explota e imponer un silencio absoluto sobre cualquier deseo, posibilidad y reflexión crítica que chocan con este mundo autoritario.

Lo que se ha comprometido a enjuiciar, por tanto, es un mosaico de luchas, revueltas, ideas, acciones directas, críticas, revolucionarixs imaginarixs, agitaciones que han estado tratando de atacar el imperio por los años. En esto, las posibles preocupaciones de los juicios es que no son sólo a lxs compañerxs acusadxs, sino también a cada individux, a cada anarquista, cada revolucionarix, contra todxs lxs rebeldes del orden establecido, contra todxs lxs insubordinadxs a la autoridad que se niegan a quedar de brazos cruzados frente a la explotación y la opresión. Lo que se tiene como objetivo de su búsqueda es la autonomía en la acción, la auto-organización en la lucha, la acción directa en toda su diversidad, la posibilidad de autodefensa y difundir las ideas anarquistas y revolucionarias, para participar junto con otrxs rebeldes en la auto-organizada y autónoma de combate . Y, por último, sin ninguna duda, un enfoque combativo del anarquismo que parte desde el/la individux, la afinidad, la informalidad.

Sería absurdo separar la represión que hoy golpea a algunxs anarquistas y antiautoritarixs, de toda la represión que está tratando de aplacar (a menudo de forma preventiva) a cualquier crítica del orden establecido y consecusión de la revuelta. A fuerza de “amenazas terroristas”, crisis de lxs refugiadxs, la lucha contra la delincuencia y reales guerras, la represión del Estado hoy va a la velocidad en aumento. En un momento en el que los cambio y las reestructuraciones están cambiando los motivos del conflicto social cada vez más rápida, neutralizando a lxs que perturban su pensamiento y su conjunto de acciones dirigida por lxs explotadxs a lxs oprimidxs: el endurecimiento de las condiciones de supervivencia, la militarización de fronteras, la imposición de control tecnológico masiva, la construcción de nuevos campos de detención[…]

Defenderse contra este golpe represivo que quiere enviar a lxs compañerxs a la corte por cargos de terrorismo consiste en defender cualquier posibilidad y el espacio de la acción anarquista y antiautoritaria. […] Y, por solidaridad con lxs compañerxs acusadxs, que se enfrentan a la represión del Estado orientada a paralizar toda acción subversiva.

Si la lucha por la libertad es un crimen, la inocencia es realmente la peor de todas.