Sobre el debate en Grecia acerca de la organización informal

Algunos breves pero esenciales comentarios respecto al llamado para crear una organización política anarquista, firmado por Círculo del Fuego, Colectivo Anarquista Kath’odon, Ateneo Antipnoia y Anarquistas por la Liberación Social.

Después de haber leído el texto en cuestión y asumiendo que hemos entendido lo suficiente el marco general que los compañeros que firmaron esta iniciativa tienen como objetivo poner en marcha, por el momento vamos a comentar lo siguiente:

1. Los compañeros siguen insistiendo, en el sentido de que en este momento -al menos de acuerdo con nosotros- la gran mayoría de las individualidades y colectivos anarquistas en Grecia están de acuerdo con la casi totalidad de las evaluaciones y reflexiones expuestas relativas a la llamada cuestión organizativa del movimiento anarquista.

2.Según nosotros, si tomamos en cuenta que tanto sus evaluaciones como su voluntad son, hoy en día, en gran medida compartidas por todos nosotros, debemos entonces dar el paso siguiente, el que va más allá de meras evaluaciones.

3.Y exactamente ahí radica la dificultad práctica de la cuestión organizativa, independientemente de nuestras evaluaciones personales sobre si las condiciones objetivas y subjetivas son hoy favorables a nosotros, como afirma el texto. Podríamos aceptar la hipótesis de la llamada concepción tradicional de organización de los anarquistas, es decir, que quieren “organizarse en base a su ideal”, pero con la condición de ser conscientes del hecho de que la única manera de cubrir esta distancia -entre las condiciones actuales y la revolución social – es confiar en una metodología.

4. Desde el momento en que estamos de acuerdo con el razonamiento expuesto anteriormente también hay que admitir que el anarquismo o la anarquía en su totalidad como movimiento social dinámico en las condiciones actuales es hoy en día de poco valor como ideología, así como su historia dentro de los movimientos políticos y sociales de la clase de los explotados, como sus victorias y derrotas y como sus éxitos y sus errores mostrados. Naturalmente, hay que tomar en cuenta todo esto para llegar a conclusiones pertinentes. En las condiciones actuales que están siendo modificadas a un ritmo alarmante, creemos aún más que es el método anarquista que tiene y podría tomar más importancia y valor práctico, ya que esta propuesta metodológica de organización no sólo concierne a los anarquistas (lo cual es fácil de demostrar), sino que también al amplio movimiento de los explotados, en el interior de las luchas sociales que tienen lugar hoy y que tendrán lugar mañana. Es evidente que sin la participación activa de la mayoría de los explotados la revolución social se vuelve práctica y teóricamente imposible. Por consiguiente, se presenta como urgente también el problema de la organización de la próxima insurrección. Según nosotros, la conclusión final es que elegimos organizamos hoy en base a nuestro ideal utilizando el método anarquista como un camino para cubrir la distancia de la que hablamos. Es con la propuesta metodológica de organización anarquista que luchamos dentro del vasto movimiento de la clase de los explotados durante las luchas sociales. Es -de acuerdo a nosotros- sólo este método que podría garantizar la conjunción entre los medios que utilizamos a nivel organizativo hoy en día y el objetivo que estamos tratando de lograr en un nivel estratégico.

5. Si nos apoyamos en este razonamiento acerca del método -que es de gran importancia de acuerdo a nosotros- correspondiente a la realización de nuestro camino hacia nuestro objetivo estratégico -la revolución social- toda la discusión y reflexión sobre la cuestión organizativa entonces dispondrá de una firme brújula, lo que nos permitirá no perdernos y llegar al final de nuestro destino. No vamos a caer en la tentación ni en el error de hacer referencia aquí a las formas de organización que el movimiento anarquista ha desplegado a nivel internacional durante su largo viaje dentro de las diferentes luchas. La investigación relativa a este punto se ha hecho de una manera determinada también dentro del movimiento anarquista griego. Los compañeros que estudiaron este tema han sacado sus propias conclusiones, si son o no pertinentes no tiene importancia en este momento. Una sola cosa importa sobre lo que estamos discutiendo aquí, es decir, la propuesta de la forma de organización en relación con el método aplicado: lo que importa es saber si esta forma organizativa tiene o tiende a tener un carácter centralista, aunque sea democrático, algo que al menos a nivel teórico debería ser dificil -si no es imposible- ya que viene de anarquistas.

6. Para nuestra sorpresa -incluso aunque este fenómeno se ha registrado bastantes veces a lo largo de la historia del movimiento anarquista- comprobamos que el posicionamiento de los elaboradores de esta propuesta organizativa es evidentemente de carácter centralista. Sin embargo, no hay porqué insistir específicamente en este punto, pensamos que todo compañero o colectivo es capaz de sacar sus propias conclusiones respecto a si se trata de algo nuevo o solamente del regreso de viejas cosas recicladas en un momento crítico. El problema que tiene cada forma de centralismo organizativo, incluso el centralismo anarquista, es que es propuesto en nombre de una supuesta eficiencia que nosotros somos incapaces de concebir. Desde el punto de vista de la metodología anarquista la forma de organización centralista no solamente es inaceptable y peligrosa sino que además detrás de todo centralismo acecha un problema todavía más grande, el de la ilusión cuantitativa: “si somos muchos y fuertes en una organización anarquista bien estructurada tanto más aumentarán nuestras probabilidades de ganar”. El centralismo organizativo, con el paso del tiempo y en cuanto más grande se hace la estructura, ineludiblemente conduce a una aparente eficacia de la organización, pero de hecho lleva al formalismo aún más latente y al endurecimiento esclerótico de todos sus procesos y actividades, a un tipo de poder informal de los especialistas, que en este caso no serían más que los anarquistas mismos. A pesar de estar en una organización anarquista, nos encontraríamos frente a un funcionamiento similar al de un partido.

7. Por el contario, la aplicación práctica del método anarquista a una organización específica o si uno prefiere “organización política anarquista”, tiene como consecuencia la total descentralización que la calificaría como informal. En nuestra opinión la descentralización informal debería ser garantía suficiente para abolir todo formalismo y burocracia organizativa en el funcionamiento de la organización. Esto no significa que los compañeros sean mejores personas que los otros por la simple razón de poseer una especie de “pureza ideológica”, pero a nivel teórico y práctico los anarquistas serían los únicos capaces de aplicar este método. Esto último, sin duda, se opone al método político (centralista) ya sea en una organización específica anarquista como en las organizaciones de masas durante las luchas sociales. Aquí está, según nuestra opinión, tanto el arma social básica como también la ventaja que los anarquistas siguen teniendo hoy en día frente a las políticas de los autoritarios. Únicamente la aplicación del método anarquista en las luchas sociales tiene la capacidad de alejar todas las utopías políticas y de abrir al mismo tiempo las puertas de la revolución social, siendo el único método que a nivel organizativo tiene la posibilidad de lograr la convergencia entre los medios que son usados y nuestro objetivo estratégico.

8. Todo lo que se ha dicho hasta ahora respecto a cómo se desarrolla la polémica sobre la cuestión organizativa dentro del movimiento anarquista en Grecia -y también a nivel internacional- no quiere decir para nada -de acuerdo a nosotros- que se haya resuelto, especialmente cuando en los últimos 30 años los problemas prácticos y teóricos han sido limitados a simples valoraciones y no han sido tratados de una forma profunda dentro del movimiento anarquista. Las razones de ésto son muchas y es imposible resumirlas ahora. Para facilitar la discusión, haremos referencia a dos importantes momentos históricos cruciales relacionados con el desarrollo de este debate en Grecia. Con respecto al modelo centralista de organización de sintesis, un momento crucial fue en 1987, cuando la propuesta de crear la Unión de Anarquistas se puso en marcha, esta propuesta fue rechazada por la mayoría del movimiento anarquista. Con respecto al modelo descentralizado de la organización anarquista informal fue en el 2000 que el asunto se puso sobre la mesa, pero no encontró el consentimiento de la mayoría de los grupos organizados del movimiento en ese momento. Agregamos a ésto el hecho de que la última propuesta también tenía una dimensión internacionalista [esto hace referencia al proyecto de una Internacional Antiautoritaria Insurreccionalista].

9. Si el movimiento anarquista en Grecia tiene sin duda alguna -por ciertas características históricas- más bien una estructura informal así como también respecto a su relación con el vasto movimiento de explotados, queremos subrayar que ésto no significa que todo el movimiento haya pensado lo suficiente sobre las bases organizativas y metodológicas de la informalidad. Esto también es debido al hecho de que esta propuesta, inclusive cuando fue presentada públicamente, fue rechazada, como dijimos, y por lo tanto no ha tenido ninguna continuación metodológica desde el año 2000.

10. Habiendo dicho esto, consideramos una gran ingenuidad política, para no decir más, calificar al anarquismo insurreccional e informal con términos como “espontaneidad”, “inconsecuente y carente de compromiso”, “ausente, consciente o inconscientemente de un desarrollo colectivo del movimiento”, “carente de criterios políticos”, “incapaz de concebir la cuestión revolucionaria en un enfoque social”, “limitado a simple oposición y denuncia” y finalmente “imposibilidad para trazar perspectivas estratégicas, estructurar y organizar la lucha a largo plazo”; como hacen los creadores de la propuesta “por una organización política anarquista”. Las cosas serían trágicas si todo lo que mencionamos -y que es lo reprochado al modelo anarquista informal insurreccional- no fuera en su totalidad algo más que una demostración de frivolidad e ingenuidad política, una señal de la dosis de ignorancia de aquellos quienes expresan esta posición. En este caso, las cosas obviamente no serían trágicas para el modelo informal e insurreccional que hoy en día pocos compañeros en Grecia toman en consideración, pero sí sería trágico para el movimiento anarquista entero. Entonces ese movimiento no sería capaz de hacer nada hasta hoy, habiendo cometido el error de tomar seriamente el método informal de acuerdo a la definición de los creadores del texto “por una organización política anarquista”.

11. Finalmente y como de nuestra parte también dibujamos tanto la historia como la tradición del movimiento anarquista, recordamos ese viejo principio anarquista -basado en los analisis de Max Stirner- concerniente a la oposición entre el individualismo y el comunismo. Ese es un asunto que nos lleva a un falso problema: el de la oposición entre lo individual y lo colectivo, ya que tal oposición no existe. Y por supuesto este principio fundamental es válido solamente tras un enfoque metodológico anarquista de los fenómenos sociales y no mediante un enfoque analítico neoliberal, el cual, lógicamente, reproduce la esquizofrenia en que se encuentra hoy en día tanto el individuo como la comunidad, privados ambos de su propia identidad y eso a causa de la acción institucional que ejerce sobre éstos el Estado y el capital. Nuestra pasión por la tradición anarquista nos lleva a una conclusión más respecto a todo este debate sobre la cuestión organizativa. No es posible, hoy en día, participar desde una perspectiva seria en un debate sin tener en cuenta una base igualitaria para la participación tanto de grupos como de individuos. Cualquier desviación de este principio igualitario significa cavar nuestra propia tumba. En momentos en que el partido del marxismo -si aún no se encuentra definitivamente muerto- está agonizando, es impensable que los anarquistas intenten hacer que ese fantasma vuelva a entrar por la puerta de atrás.

Anarquistas por la organización informal e insurreccional

Texto aparecido en la revista anarquista internacional Avalancha N3, en Castellano

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