De cierto malestar con respecto a la situación de los 43 desaparecidos y el accionar anarquista

La crítica que sigue quiere intentar desmitificar o más bien hacer una reflexión sobre la confusión que reina y toma una amplitud gigante sobre los eventos ocurridos desde el 26 de septiembre del 2014 donde 43 estudiantes fueron secuestrados por la policía, cuando iban de camino a la Cd. De México para participar en la marcha del 2 de octubre del año pasado, resultando no solo 43 desaparecidos, sino al menos 6 muertos y 25 heridos.

Nunca vamos a saber lo que ha pasado exactamente, es claro que la información es manipulada por los intereses de aquellxs que movidos por el poder y lejos de preocuparse por esas personas, dicen hacer todo por encontrarles, hasta ahora sin mayores resultados.

Sin embargo estas desapariciones responden más bien a un terrorismo de estado e intereses políticos. De hecho, las escuelas normalistas de donde provienen estos estudiantes tienen una fuerte red de lucha de corte socialista-marxista. Este tipo de escuelas se formaron luego de la Revolución Mexicana, las forma el estado a partir del gobierno socialista de Lázaro Cárdenas. Su objetivo era muy claro, porque el dirigente así lo propuso; la mejora del campo mexicano sumido en la pobreza, se planteaba combinar la maquinaria moderna junto con el cooperativismo, los maestros emergentes se encargarían de llevar ese conocimiento a los pueblos y así llevar el progreso. Sin embargo, es bien sabido que ahora bajo esta idealización de la mejora y con prácticas maoístas, los aspirantes son reclutados bajo un sistema de internamiento para ser vistos como peones de lucha, sacrificables por cualquier interés de aquellxs que sumidos en el ansia de tomar el poder por un fin “revolucionario” y así lograr el “comunismo”, hacen cualquier cosa para obtenerlo.

Y es así como de pronto México y el mundo se conmocionan, aparecen manifestaciones en apoyo, concentraciones en embajadas, cartelones, videos, selfies, y demás cochinadas reformistas de la era moderna, exigiendo la aparición con vida de los 43 normalistas, se resignan a pensar que al encontrar los cuerpos regresarán a su normalidad pacífica imperante. En pocas palabras, exigen al estado a dar cuentas y justicia, es decir una transparencia democrática. (No somos un movimiento anti civilización que quiera el retorno a la prehistoria, pero si es fastidioso el hecho de que este tipo de expresiones únicamente son utilizadas para absorber y nulificar el llamado a la revuelta).

Se reclama hallar los cuerpos y es con el apoyo de los peritos argentinos y demás instancias internacionales que se descubren fosas con demasiados cuerpos quemados, ninguno perteneciente a estos 43 (¿o 42?, según encontraron a uno).

¿Quiénes son los culpables? ¿Los militares? ¿Los policías? ¿Los Guerreros Unidos? ¿Otros narcos? ¿Las guerrillas mismas con el objetivo de ganar capital y simpatía política? Podría ser una mezcla de todo, algo es seguro; son los defensores de lo existente, del progreso, de la modernidad y del fascismo.

En México es muy marcada la corrupción, todo se mezcla; el dinero y las armas pasan del lado del estado a los narcos o a los paramilitares. Todos los medios se involucran para proteger los intereses del capital a través de los megaproyectos, de la explotación de recursos, de la construcción de nuevos aeropuertos, de la construcción de nuevas carreteras, de la privatización de empresas públicas, del cobro de impuestos por la vida y consecuentemente con la militarización del país aunado a todo esto. Promueven su guerra contra el narcotráfico, la cual, sabemos es utilizada como una pantalla del Estado para desviar la atención y así poder fraguar sus reformas, leyes, fraudes y masacres, obviamente a su conveniencia, con esto logran el terror en la sociedad y justifican la militarización.

Esta realidad empuja a la gente a organizarse para luchar en búsqueda de una supervivencia más digna, a veces con modelos dudosos de estructuras jerárquicas, tendientes al tipo fascistoide. Hay que aclarar que como anarquistas de acción, no vemos mejoría entre un sistema socialista, comunista o democrático. Todo sistema establecido es una forma lineal, vertical e inamovible que no hace más que cortar la libertad del indiviux.

Si regresamos a nuestra crítica a la situación de los normalistas, podemos notar que el modelo organizativo-formal, funciona como cualquier otro de corte marxista-leninista: un programa; una plataforma; una burocracia; representantes; reglas y por tanto órdenes de quién, cómo y cuándo se debe de accionar… Exigen peticiones al poder, dialogan con él sin negarlo. Luchan fuertemente y hacen un desmadre contra las reformas en educación pero siguen propagando valores progresistas. Si criticamos los valores del progreso, nos limitamos a creer que podemos mejorarlo yendo a un lado u otro y, bajo esa postura, no seremos capaces de ver la realidad; no hay mejora posible sin la destrucción de todo lo existente.

Tomemos como ejemplo la civilización industrial, las fábricas y la lógica económica de la productividad, el problema no es si explotamos y pocxs se quedan con las ganancias o se reparte entre todxs, el verdadero problema es la explotación per sé y la devastación de los recursos naturales. Bajo esta perspectiva, para nosotrxs es lo mismo la organización en cooperativas comunistas de trabajo, que la posible organización capitalista de una mina, bajo la lógica de progreso industrial y tecnológico que manejan. No podemos hablar de progreso sin considerar que se necesita de recursos humanos y naturales para su extracción, que son explotados y, en este sentido, es indistinto si es de forma socialdemócrata o marxista-leninista. El daño a la tierra es demasiado. Si nos focalizamos en un mundo de progreso tenemos que tener claro que para que éste y la tecnología no pueden seguir sin la existencias de minas de uranio (o cualquier otra), la explotación del petróleo, la devastación de los bosques. entonces, frente a esta perspectiva, si pensamos en una empresa minera o la explotación de un bosque de forma autogestionada es igual de horrible, Lo que hay que abolir son las estructuras de poder y la relación individual frente al mundo, donde el humano se cree el centro de éste y por lo tanto, lo domina, nos referimos claro a la manera egoísta en que el humano bajo este sistema cree que el ser el único importante (si a caso se preocupa de sus seres allegados), sin considerar a nada ni nadie más .

Así, los estudiantes de la escuelas normales siguen un modelo de pensar, se inspiran en una forma de vida que entra en conflicto con nuestra percepción de los ideales anarquistas, esta es la primera razón de porque nos es extraño llorar su desaparición. Creemos que en la lucha contra el estado o actuando en la subversión de los valores oficiales, todxs somos susceptibles de ser desaparecidxs, muertxs o secuestradxs (en la cárcel o en cualquier otra institución) y esto, claro que nos pesa, pero no podemos o no deberíamos de caer en movimientos o prácticas coyunturales; el apoyo mutuo en la lucha contra el estado es bien sabido que no es solo palabra escrita; sin embargo, apoyar a instituciones de corte socialista-marxista, stalinista, troskista, autonomista o cualquiera que tenga una estructura autoritaria o de poder de cualquier tipo, lejos de representar un valor, se convierte en un peligro para el actuar consecuente de cada individux, célula o colectivo.

Nosotrxs no buscamos ni queremos ninguna forma de petición al estado, como las reformas a las leyes, más derechos o una mejor justicia, como dice Wolfi Landstreicher “Queremos el pastel completo, no solo un pedazo de él” Pensamos que todo lo que ya existe es para echar a la basura.

No pensamos en la cárcel como si fuera a hacer de este un mundo mejor, no sirve de nada tener a más de 70 personas dentro de ella (por el caso específico de estos 43 normalistas), si los estudiantes están muertos o no aparecen, sabemos que el verdadero problema es el mierdero sistema. Aunque las escuelas normales enseñan otro modelo de organización del capital, no hay que olvidar que sigue siendo un sistema en donde se busca eliminar a lxs individxs libres e ingobernables.

Hay que recordar cuando en agosto de 2014, individuxs anarquistas fueron atacados dentro de una ocupa en el DF por camiones llenos de acarreados de dichas escuelas (entre otros colectivos) de corte comunista.

Así, una táctica es nada más eso y adquiere sentido con la intención que la ha motivado. En Guerrero, como en otras partes del país, hay sedes de poder y estaciones de policías que se incendiaron, algunos de estos actos fueron planes y órdenes de los normalistas, otros probablemente iniciados por personas que aprovechan el contexto generalizado para hacer sus propias acciones y desencadenar su rabia, como pasacomo pasa siempre en el ambiente de los movimientos de masa.

Nos alegra ver que este caos generalizado es difícilmente recuperable, vemos sonrientes la tensión creciente, es esto lo que nos hace pensar que la semilla de la insurrección es palpable y floreciente; en cambio nos es molesto cuando vemos que las revueltas están centralizadas alrededor de estos 43 estudiantes, porque en realidad sabemos que desaparecidx, muertxs o secuestradxs por el estado son muchos miles.

Aquí la gente mata con la facilidad que se lavan los trastes, una vida no vale mucho. Cuando el patrón da la orden hay gente que dispara en la cabeza de un desconocidx (o tal vez de un “amigx”) por dinero. Pistolas, granadas, AK 47… se encuentran fácilmente en el mercado negro cuando se tienen contactos, son más o menos asequibles a cualquiera.

Así, teniendo un salario mínimo de alrededor de $65.00 pesos (4 o 5 US por día), que no le permite sobrevivir a nadie, se hace atractivo trabajar como paramilitar o para los cárteles, pagan bien.

Aunado a esto, las multinacionales que explotan los recursos minerales, petroleros, gaseosos, acuíferos, etc., no tienen límites ni en el presupuesto ni en el desprecio a la vida humana y animal, por lo que matar a pueblos enteros para ellos no representa problema alguno, pero sí les da la facilidad de progresar. De esta forma, bombas, helicópteros que riegan veneno o cualquier otra artimaña para sembrar temor se hace una práctica constante y se convierten en eficaces maneras de tener vía libre para seguir explotando, progresando y acumulando capital.

Es por esto que las revueltas generalizadas no son convenientes para los cárteles o las multinacionales que explotan al territorio, Sin embargo, coludidos con el sistema utilizan cualquier medio para desestabilizar (como criminalizar la protesta) y, apoyados por movimientos reformistas – pacifistas es como forman una manera eficaz de legalización y legitimización de la violencia organizada, instituida por el gobierno, que protege los intereses del capital y garantiza la pacificación social por medio del terror, cristalizado en las clases sociales y la manipulación mediática dirigida a los diferentes «niveles» de la población, otorgando privilegios a las clases altas y dejando a los demás en la miseria A fin de sobrevivir, cada quien en su negocio legal o no, habita en una estructura autoritaria, que es imposible de cuestionar, vemos con pocas o nulas ilusiones que en el actuar de la gente haya un interés de vivir de otra forma, incluso aquellxs “excluidxs”, pobres” o “marginadxs” parecen no tener ganas de revelarse.

Algunxs individuos sabemos que lo hacen, pero la mayoría de la gente no ve más allá de aquello que está enfrente de su cara y es así como espiritual y económicamente encerradxs en una vida de miseria solo saben reproducir esta estructura de miseria. O sea no vemos en el pobre, al presx o al excluidx como sujeto de insurrección, es en las personas que pueden visualizar e imaginar un mundo sin estructuras en donde encontramos las afinidades y la fuerza de una verdadera revuelta.

La cárcel es un ejemplo perfecto y grosero de la coyuntura de la miseria social, están los carceleros como medio de conservar la estabilidad y la <<buena conducta social>> por medio de la coerción, los golpes, malos tratos y castigos en el módulo y están los “Borregxs”, aquellxs que siendo parte de los oprimidxs simplifican el trabajo de quienes los oprimen, ya sea por cuestiones morales (ser “buenitxs”) o para recibir algún tipo de recompensa o beneficio y señalan a aquellxs que son capaces de revelarse o que simplemente no acatan las normas de la reinserción social o la buena conducta.

Para poner un ejemplo al exterior de la cárcel, están los granaderxs que, pudiendo tener cualquier otro trabajo, deciden ser parte de la fuerza coercitiva del sistema y desarrollan felizmente su papel utilizando el uso desmedido de la violencia en una manifestación o en algún arresto, o en todo momento que se les presente la oportunidad, y están asquellxs progresistas que clasifican a la gente que se atreve a manifestar su descontento de formas no pacíficas, de “vándalos pagados por el estado” y entregan a la policía a cualquiera que no cumpla su percepción de la buena actividad o de lo políticamente correcto, aclamando su <<preciada>> paz social y condenando la respuesta lógica contra la violencia del estado.

Regresando a nuestro tema, vemos que en medio de las multinacionales y todas estas empresas tentaculares, la gente se revela y se organiza, pero una vez más, a menudo la rabia es absorbida por otro tipo de organizaciones igual de tentaculares2, pero esta vez “revolucionarias” o por la “autonomía” o por “el poder popular”, pero con los mismos sistemas alienantes impuestos por el estado capital <<espectaculario>>, con el objetivo de ser reconocidos por el poder, lo que es la base de la alienación izquierdista y que perpetua los vínculos que sostienen al sistema social, un todo en el cual lxs individuxs son defendidos por el sistema. Estas organizaciones tienen representantes e interlocutores oficiales, la lucha de la autodefensa se transforma en un juego mediático – político – esquizofrénico y los movimientos de masa se concentran alrededor de aquella resultante: una imagen-slogan reproducida, una abstracción, una partición de lo real; una petición de reforma cualquiera. Desde ahí se crea la falsa dicotomía del ganador/perdedor. De hecho, para que el representante conserve su posición de poder carismático, debe dejar creer a la gente que representa que gana algo (una decisión como las elecciones, una reforma de ley, como las que “benefician” a las mujeres o a los animales, un programa social…) o lanza un ultimátum a la parte adversa (reprime a quien se le opone, desaparece gente, criminaliza la protesta.) con el fin de negociar y controlar la legitimidad del desorden social. En este caso la gente, mediatizada por los representantes, piden el encuentro de los 42 (¿o 43?) ¿Y qué?

La gente se resigna al hallazgo sin vida.

Vemos con tristeza que actualmente hay anarquistas faltos de perspectiva, que apoya y se solidariza con esta lucha. Si los normalistas fueron portadores de ideas marxistas-leninistas progresistas de otro mundo igual de horrible pero con una nueva forma de autoritarismo, pues su vida autoritaria y legitimizadora del poder tampoco nos importa mucho, aclaramos que tampoco estamos de acuerdo en la forma en la que fueron desaparecidos, torturados y quemados.

En México, como en el resto del mundo, estamos frente a una realidad de guerra disfrazada (ya que en algunas partes no lo admiten oficialmente), la sangre se riega abundantemente en paisajes de carnicería, donde el aparato militar tiene toda la tecnología, aviones, tanques, bombas, armas químicas y todos los recursos utilizados contra gente que lucha con piedras, palos, bombas molotov y barricadas de fuego.

Estamos frente a un conflicto entre un narco gobierno fascista, contra una oposición de lucha izquierdista radical, que intenta lograr el poder a través de una estructura de corte socialista, autoritaria y patriarcal, igual de fascista.

Sí, debemos aumentar el nivel de confrontación, pero sin caer en la reproducción del mundo de dominación; debemos encontrar la fuerza en nuestros corazones para acabar con la estupidez humana y destruir para liberar el espacio y el instinto de vida.

¡Venganza a todxs lxs muertxs víctimas de la estupidez humana, del capital, del racismo, la misoginia, del estado y de las religiones!
¡Venganza a todxs lxs prexs secuestradxs por el estado, sus jueces, sus custodixs, sus policías!
¡Sin perdón ni olvido!
¡Hacia la libertad y la vida!
¡Por la destrucción de todo sistema autoritario!
¡Por expandir el fuego en nuestros corazones y en el mundo!
Esperamos que cada individuo pueda profundizar en la crítica y autocrítica del pensar y accionar para clarificar la intención de la lucha, no como un movimiento de masa, sino como persona y así agudizar el conflicto. ¡Por la construcción de las ideas y la práctica congruente!
¡QUE VIVA LA ANARQUÍA!

Desde adentro y afuera de los muros, México DF Enero
2015

Tomado de Negación numero 6 Maro 2015

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