Sobre el caso contra Lucha Revolucionaria y declaración de Nikoz Maziotis. Grecia.

El 3 de marzo de 2016, el tribunal de la prisión de Korydallos ha sentenciado a todxs lxs co-acusadxs en el segundo juicio contra Lucha Revolucionaria en relación al ataque con coche bomba que contenía 75 kg de explosivos contra La dirección de Supervisión del Banco de Grecia en el centro de Atenas el 10 de abril de 2014; el tiroteo en Monastiraki el 16 de julio del 2014 (cuando el compañero Nikos Maziotis fué herido y recapturado por la policía), y las expropiaciones a surcusales bancarias.

Nikos Maziotis, miembro de Lucha Revolucionaria, ha sido condenado a una cadena perpetua de más de 129 años y una multa de 20,000 euros.

Pola Roupa, perteneciente a Lucha Revolucionara y actualmente en la clandestinidad, ha sido condenada a 11 años de prisión por cargos de delito menor (además,en caso de ser arrestada, será sometida a un juicio por delitos mayores).

Antonis Stampoulos ha sido condenado a 13 años de prisión.

Giorgos Petrakakos ha sido condenado a 36 años de prisión más una multa de 9.000 euros.

Tomado de http://contramadriz.espivblogs.net

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Declaración de Nikoz Maziotis

“Ya sea fuera o dentro de la cárcel la lucha para nosotrxs es una cuestión de honor y dignidad y continuará. La lucha revolucionaria sigue.”
Nikos Maziotis.

El orden ha sido restaurado. Los prestamistas, la U.E., el B.C.E., el F.M.I., los E.E.U.U., la élite económica internacional, las filas de las “instituciones” pueden estar tranquilas de que sus marionetas, lxs jueces/juezas griegxs, me usan con una condena ejemplificante de por vida porque volé el edifcio del Baco de Grecia -una rama del Banco Central Europeo- donde también está la oficina del F.M.I. El gobierno izquierdista de Syriza, que es tan sensible en materia de “terrorismo” también puede estar tranquilo porque hizo garantías a los prestamistas de que los programas de orden se pueden seguir aplicando sin problemas cuando el enemigo interno está siendo oprimido con el “rigor necesario”.

Como anarquista, cuando hice la elección de la acción revolucionaria armada, sabía que el precio por esta opción podría ser una dura condena o incluso la muerte en un enfrentamiento con la policía al igual que casi ocurré en Monastiraki en julio de 2014, o como ocurrió en Dafni el 10 de marzo de 2010, cuando el miembro de Lucha Revolucionaria, el compañero Lambros Foundas, fué asesinado. Pero el precio de la lucha y mis elecciones nunca me asustaron, ni siquiera ahora con la decisión de lxs jueces/juezas en el segundo juicio a Lucha Revolucionaria, que me condenan a una cadena perpetua de más de 129 años.

Era algo que esperaba como una posibilidad cuando los jueces mostraron su intención desde el principio. Cuando el enemigo muestra tal furia, me honra especialmente porque demuestra lo acertado de mis opciones, la corrección de la opción de lucha usando armas contra el régimen criminal que roba y ha dejado hecatombes de personas fallecidas.

La sentencia a cadena perpetua por el atentado contra la Dirección de Supervisión del Banco de Grecia, un acción con una llamada de alerta, pero sin heridos, solamente daños materiales, demuestra la furia de lxs servidorxs del Estado y lxs títeres de la élite transnacional porque no nos rendimos, no volvimos a prisión tras nuestro arresto en 2010 y nuestra liberación trás el periodo de 18 meses de detención, porque elegimos la clandestinidad con el fin de continuar la lucha armada, porque continuamos la acción de Lucha Revolucionaria.

Esta sentencia no tiene la intención de aterrorizarme a mi -porque saben que nunca me romperán- si no a quien elija la lucha armada, lxs compañerxs anarquistas-antiautoritarixs y los grupos sociales militantes. Esta decisión muestra el desequilibrio respecto al primer juicio de Lucha Revolucionaria donde, por 16 acciones de la organización, Pola Roupa y yo fuimos sentenciadxs a 50 años, mientras que en el segundo por un ataque con bomba con una llamada de advertencia y sin lesiones, he sido condenado de por vida y por los casos de dos expropiaciones de bancos y el enfrentamiento armado con un policía en Monastiraki la sentencia suma un total de 129 años.

La furia de lxs jueces/juezas del segundo juicio se hace más evidente teniendo en cuenta que me condenan arbitrariamente con el cargo de “administrador”, algo que fué rechazado en el primer juicio. Esta sentencia no me va asustar de ninguna manera. Soy un militante de toda la vida de la lucha por la Revolución, la subversión del Capital y el Estado. Voluntariamente doy mi vida por esta lucha.

Compañerxs, no les temaís y contra-atacad
La lucha continúa hasta el último aliento.

LARGA VIDA A LA LUCHA REVOLUCIONARIA

 

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