Donde comienza la política se termina la ética anarquista.
Hace un par de años, justamente el día 13 de diciembre de 2013, algunxs encapuchadxs quemaron el árbol de navidad ubicado en la avenida Reforma. Esta acción tuvo lugar durante las protestas contra el alza al boleto del metro, mismas que tuvieron un trágico final entre la reforma y la recuperación por parte de ONG’s y organismos gubernamentales de bienestar social; sin embargo, durante las mismas se dio de manera puntual y en ocasiones espontánea, la auto-organización y el sabotaje por parte de los explotados y oprimidos. Tras este acto anticapitalista, aunque quizás simbólico, un compañero aún permanece prisionero acusado del incendio del árbol navideño de Coca-Cola. La quema -simbólica- del árbol de navidad de la empresa Coca-Cola, no significo únicamente un ataque a un símbolo del capitalismo norteamericano, también significo un ataque a la cultura de consumismo, un ataque a las tradiciones religiosas impuestas por quienes se creen dueños del mundo, un ataque al patriarcado, al poder y a toda autoridad moral y religiosa.
El Estado en un claro comulgar con la aberrante ideología moral impuesta por la Iglesia Católica, o bien, por el cristianismo, se encarga de mantener firmes y vivas las tradiciones religioso-patriarcales de unión familiar, mismas que como pieza de un rompecabezas de la dominación, encajan perfectamente con el capitalismo y su consumismo, volviéndose así mismas en mercancía. La navidad que en lengua germánica se denomina Weihnachten y que significa noche de bendición, es un instrumento de dominación y control social, funciona simplemente como un instrumento de sometimiento por medio de la concesión que el Estado-Capital da a los explotados de hacer uso de su “libertad”, a costa del precio de su explotación. La navidad también es instrumento de sometimiento moral que esta vigente hoy en día con el fin de seguir perpetuando la idea de familia patriarcal (o matriarcal como sea) y traer un poco de paz (social) y consuelo a la masa atormentada por los horrores perpetuados por el Estado-Capital. Es una fiesta de consumo total, un día de unificación vecinal, un día de hipocresía, un día de falsedad, una fiesta del capital. El Capitalismo y la iglesia son quienes celebran cuando los “anarquistas” pierden la ética y las bases, no hace menos que perpetuar tradiciones que han sido establecidas a costa de sangre, muerte, feminicidios, explotación de animales y naturaleza.
Hoy en día aquel mítico manifiesto del anarquista Bakunin titulado Dios y el Estado, el cuál fue libro de vanguardia para la formación de un anarquista –afirmación según los anarquistas milenaristas- está siendo vilmente suplantado por la doctrina cristiano-pacifista de un Lev Nikoláievich Tolstói. La contaminación milenaria que ha sufrido el anarquismo a través de este personaje y de la cual nunca se ha purgado, en estos tiempos y en este lugar ha revivido desde las ruinas a las cuales fue reducida cuando la perspectiva del conflicto comenzó a hacerse vista entre lxs anarquistas y comenzó a ser llevada a la práctica; ha revivido y está entre nosotrxs.
Una posada libertaria no es menos que el reflejo de esta aberrante contaminación religiosa y desviación de las éticas anarquistas que buscan la destrucción de toda autoridad y todo poder. Es evidente que por muchos esfuerzos que los “bien pensantes” hagan por sepultar la perspectiva insurreccional, hoy todos sabemos que esta no nació hace unos cuantos años a partir de las tesis expuestas por Alfredo Bonanno y otros tantos compañerxs, sino que la perspectiva del ataque, del conflicto, de la insurrección permanente ha estado presente, aún y con sus múltiples variantes. Este esfuerzo en suplantar ideas y practicas verdaderamente enfocadas en la destrucción del Estado y de todo poder, por las de un anarco-cristianismo absurdo, simplemente son y serán vagos.
Pero en concreto, ¿Nosotrxs que vemos detrás de una posada libertaria?
La política ha matado la ética cuando unos cuantos “anarcopunks” y anarco-cristianos se dan a la tarea de, tal cual políticos, recurrir al arte del engaño, de la manipulación, de la mentira, de la máscara, con la única finalidad de caer bien a la gente y a los vecinos, y ganar adeptos a su perspectiva de la lucha anárquica. Lxs mismos entes morales quienes acusaron a compañerxs de actuar como políticos que “roban”, hoy en día actúan como tal cual políticos que engañan. De esta manera, ni siquiera su visión retrograda de un cambio progresivo de la sociedad hacia la anarquía rendirá algún fruto. Llamar la atención de la gente mediante la reproducción vil de fiestas patriarcales y mediante la reafirmación de los valores del sistema no es menos que un engaño, tal cual un político usa todo tipo de estrategias para tomar el poder. O quizás nos equivocamos, y ustedes ya creen en dios, porque esas fiestas no son más que para reafirmar el reinado de dios sobre esta tierra, para reafirmar el poder omnipotente del Estado y de la Iglesia. La necesidad de acarrear, de caer bien, de continuar con la labor bienestarista del Estado social, y de las éticas religiosas de la caridad y de seguir reafirmando esa campaña absurda y tontería de “anarquía no es delito” y “los anarquistas somos buenos y bonitos”, mediante actos de bienestar social como la recolecta de juguetes para los niños pobres.
La perspectiva aberrantemente anti-religiosa de un anarquismo que rompe con todo dogma y todo poder está siendo suplantada por una idea de “convivencia” nacida a partir de celebrar las mismas festividades que el Capitalismo nos impone como fecha única de unión y de fraternidad. Pero también está siendo suplantada cuando sin más se está reproduciendo el mismo lenguaje del sistema, peor aún, como lo escrito líneas arriba, en las fechas marcadas por el calendario del Capitalismo mundial. El día de la madre, el día de la mujer, el día de la bandera, el día del trabajo, el día del amor y la amistad, son fechas que se reivindican o contra las cuales se lucha, como sea, pero siempre atendiendo las fechas marcadas por el Estado y el Capitalismo tanto para protestar como para demostrar afecto, cariño y amor. Esta es la manera más evidente para dejar en claro que el Estado-Capital sigue siendo el dueño de sus vidas y de sus actos.
El encarcelamiento de un compañero acusado de la quema del árbol de navidad y la lucha que él ha llevado dentro de la cárcel (por muy discutible que está sea) no es menos que reducida a la nada cuando actos “libertarios” que reivindican los valores y las festividades del Estado-Capital son simplemente antagónicos a la intervención de aquellos encapuchados que buscaron atentar contra la moral religiosa y contra un símbolo del Capitalismo. Sobre todo parece una burla cuando es esta misma gente la que primero reprueba el actuar de los compañerxs y se burla de ellxs, para posteriormente colgarse las medallas del “solidarizarse” con el compa preso, para finalmente reproducir actos antagónicos a la lucha del compa.
No dudamos que entre los posado-anarquistas (¡Oh! ¡Pido posada en el nombre del cielo!) estén presentes, como siempre, las buenas conciencias y lxs compañerxs que piensan (sin pensar) están haciendo lo correcto en pro de que la perspectiva anarquista se difunda entre la sociedad, sin duda los hay, pero siempre detrás de todo está ese respeto por la autoridad de un líder moral discípulo del maestro Tolstói que en la actualidad pocos conocen, y que en el pasado muchos se le opusieron, mismo que a toda costa busca suplantar las éticas anarquistas por las de su neurótico cristianismo pacifista burdo, moralista y aberrante.
¡Fuego a la Iglesia y a toda moral religiosa, autoritaria, patriarcal y de poder!
Justamente hoy cuando la iglesia Católica en México está cada vez tomando más poder; justamente hoy cuando los grupos de ultraderecha convocan marchas por la vida, marchas por la familia, marchas anti-aborto; justamente hoy cuando estas fiestas navideñas siguen representando un abismo de consumismo y siguen reduciendo al individuo a una mercancía; justamente hoy es cuando debemos de atentar contra la moral religiosa, es cuando debemos continuar con la discusión que dé pie al debate y a la crítica anti-religiosa en todo su esplendor, es cuando debemos incrementar los ya casi perdidos discursos y acciones contra la religión y su unificación con el Estado en pro del sometimiento a la moral y a la explotación.
Justamente hoy es cuando necesitamos quemar todas sus iglesias y sabotear sus fiestas religiosas, ya que estas no son del pueblo, son del capital, son de la iglesia, son de la religión, y la religión, como bien lo afirmo aquel viejo anarquista, no es más que el yugo del pueblo y la antítesis del individuo.
Hoy por hoy fuego a la Iglesia, al Estado, al Capitalismo y a todo tipo de poder y autoridad sea nueva o ancestral.
—Atentamente:
Compañerxs anarquistas de la región de México D.F. 17 de Diciembre de 2016